Entrevista realizada por el Observatorio de
Calificaciones Laborales de la Universidad Nacional Arturo Jauretche al
Secretario General de la CTA Florencio Varela, Cro. Ignacio Concetti. Boletín
Nº 5/Febrero 2015
FORMACIÓN
Y ECONOMÍA SOLIDARIA,
UN
HORIZONTE POSIBLE
Dialogamos con el
representante de la Central de Trabajadores de Argentina en busca de su
perspectiva sobre la formación profesional en la región. Concetti compartió con
el OCAL las prioridades en relación al tema y la estrategia de trabajo que despliega
la CTA en el distrito
Entrevista a Ignacio Concetti.
Secretario general de la
CTA de Florencio Varela.
Buena parte de quienes se
forman en los cursos de la CTA buscan inmediatez en el impacto de la
capacitación. “La familia no puede esperar –dice Concetti—. Nosotros tenemos
mayor cantidad de inscriptos en los cursos de electricidad del automóvil y de
electricista instalador, que son de salida inmediata y que además acreditan
para ingresar a una pequeña empresa o trabajar contratado”.
Ante el panorama del
distrito y atendiendo a las grandes transformaciones en el mundo de la
producción y del trabajo, las preocupaciones de este sector sindical se
traducen en
el interrogante que
formula Concetti:
“¿Cómo hacemos para que
los trabajadores tengan la posibilidad de conservar el empleo sin ser víctimas
de los ajustes y reajustes de las grandes empresas, que tienen sus casas
matrices en el centro del mundo y la periferia funciona como un lugar donde se
nutren de mano de obra que en algún momento será descartable?”.
La reflexión se
profundiza señalando el papel de los demás protagonistas Indagar sobre cómo
percibe la CTA la problemática de la formación para el trabajo en Florencio
Varela fue el disparador del encuentro con Ignacio Concetti. Su primera reflexión
hizo foco en la relación entre demanda de calificaciones y perfil de los
trabajadores en busca de empleo. “Mientrasel mercado laboral apunta a
trabajadores con un piso de conocimientos
básicos, hay una
importante franja que no ha transitado por espacios de formación que los
califique para la demanda actual de la economía mundial”, señaló.
Quienes se acercan al
centro de formación profesional de la central en busca de calificaciones,
pueden, mayoritariamente, agruparse en dos grandes franjas: entre 35 y 50 años
y entre 16 y 25 años. “Son los dos extremos de la población económicamente
activa de la zona que no
tiene un empleo estable, que depende de la capacitación
y la formación para ir
viendo diferentes alternativas”, aclara el dirigente gremial. Tanto los jóvenes
como aquellos trabajadores “que en algún momento de su historia han perdido
la posibilidad de tener
continuidad en un empleo estable”, son los sectores con más desventajas en
términos de calificaciones profesionales.
“Pensamos en términos de la realidad laboral de
nuestros propios compañeros, para que tengan la
oportunidad
de avanzar sobre otro piso”.
Buena parte de quienes se forman en
los cursos de la CTA buscan inmediatez en el impacto de la capacitación. “La
familia no puede esperar –dice Concetti—. Nosotros tenemos mayor cantidad de
inscriptos en los cursos de electricidad del automóvil y de electricista instalador, que son
de salida inmediata y que además acreditan para ingresar a una pequeña empresa
o trabajar contratado”. Ante el panorama del distrito y atendiendo a las grandes
transformaciones en el mundo de la producción y del trabajo, las preocupaciones
de este sector sindical se traducen en el interrogante que formula Concetti:
“¿Cómo hacemos para que los trabajadores tengan la posibilidad de conservar el
empleo sin ser víctimas de los ajustes y reajustes de las grandes empresas, que
tienen sus casas matrices en el centro del mundo y la periferia funciona como
un lugar donde se nutren de mano de obra que en
algún momento será descartable?”. La reflexión se profundiza señalando el papel
de los demás protagonistas de esta trama: “Creemos
que es importante tener ahí una mirada muy rigurosa. En primer lugar porque la
responsabilidad empresarial es una de las condiciones básicas para pensar las
condiciones de empleabilidad, pero más allá de que los empresarios cumplan o no
con esa responsabilidad, es cierto que hay un gran sector de trabajadores
rezagados que aún no ha podido disfrutar de
los beneficios del modelo”, opina el dirigente.
Al mismo tiempo, el
secretario general agrega que si bien se ha reducido drásticamente la pobreza y
el desempleo, la responsabilidad que les cabe como organización es “discutir
con propuestas sobre aquello en lo que tenemos seguir avanzando en este modelo productivo de carácter
nacional y popular, en lo que estimula e incluye al conjunto de la población.
Nosotros nacimos como central en el marco de esa reivindicación: patria justa,
libre y soberana, distribución de la riqueza, soberanía económica… Nosotros bancamos el proyecto del gobierno
nacional en este sentido”.
Como central obrera, la
CTA reconoce una identidad que desborda lo estrictamente sindical, para atender
una diversidad de luchas reivindicativas. “Nosotros no somos sólo reclamadores
de salario y de mejoras en las condiciones laborales. Discutimos cada cosa en
su lugar: en el marco de las paritarias las cuestiones salariales y sobre las
condiciones laborales; en el marco del Ministerio de Trabajo, discutimos todo
lo que tiene que ver con las políticas públicas orientadas al estímulo del
trabajo en la Argentina. Pero también intervenimos en asuntos que parece que
las organizaciones sindicales no tendrían por qué preocuparse”.
“Entendemos que hay formas de salario indirecto
que
implican el bienestar de los trabajadores: las
políticas
de tierra y vivienda, las políticas vinculadas a
la formación
y el acceso a la salud de los trabajadores”.
Desde una perspectiva
amplia, el trabajador es considerado en términos de su necesidad social, más
allá de la pelea por el acceso al trabajo. “Entendemos que hay formas de
salario indirecto que implican el bienestar de los trabajadores. Por ejemplo
las políticas de tierra y vivienda, las políticas vinculadas a la formación, el
acceso a la salud de los trabajadores…”, enfatiza el Secretario General de la
CTA de Florencio Varela.
Otro tema sensible a la
organización sindical es el trabajo no registrado.
En la charla Concetti
historiza la participación de la Central en el Consejo del Salario Mínimo Vital
y Móvil por un marco legal que regulara la problemática. “La ley salió, ya
estamos trabajando en eso en los territorios donde tenemos mayor desarrollo.
Ahora bien, todos esos
trabajadores no registrados carecen de representación a no ser que estén dentro
de la CTA por ejemplo, o de alguna organización social… Pero además carecen de
interlocutor, porque el Estado no los reconoce. No están registrados ni
contenidos en ningún ámbito donde discutir una paritaria social. Este sector debe
tener alguna forma de representación, de organización, y el Estado debe
reconocerlo en una mesa donde forme parte del diálogo sobre políticas públicas”.
El modelo de
formación
profesional
Para aportar en la
calificación de los trabajadores afiliados o no a la organización gremial, la
CTA cuenta con doce centros de formación profesional en la provincia de Buenos
Aires. El que corresponde a Florencio Varela funciona desde hace cuatro años y
otorga calificaciones a partir de un convenio con la Dirección de Escuelas de
la Provincia.
En este caso, la CTA
define la planificación de su oferta formativa en términos político pedagógicos
y administrativos y la Dirección General de Escuelas garantiza la acreditación
y respalda la calidad de la capacitación seleccionando a los docentes por
concurso de oposición de antecedentes en acto público.
“Tratamos de orientar
nuestra propuesta político pedagógica y de oficios en términos de lo que la
realidad impone como necesidad a nuestros compañeros afiliados a la central”,
apunta el Secretario General. “En ese sentido venimos trabajando históricamente
una familia de cursos de oficios vinculados a la inmediata posibilidad, a través
de la acreditación, no solo de mejorar el acceso al mercado laboral sino que
además buscamos estimular la posibilidad de que esos compañeros inicien un
proceso de cooperativismo y
autogestión”.
Precisamente, la
perspectiva de la capacitación en oficios cobra otro espesor en el horizonte
del trabajo autogestionado que persigue la central de trabajadores. “No somos
ambiciosos en querer abordar toda la problemática laboral del Florencio Varela;
pensamos en términos de la realidad laboral de nuestros propios compañeros,
para que tengan la oportunidad de avanzar sobre otro piso. (…) Entendemos que el
fortalecimiento de la organización es lo que hace posible que este tipo de
propuestas puedan desarrollarse y generar respuestas en otros sectores que no
necesariamente son parte integrante de la organización sindical.
Pensamos, claro, en la comunidad de
la que somos parte y no excluimos obviamente cuando recibimos solicitudes de
inscripción, por ejemplo, de estudiantes”.
Básicamente los cursos que ofrece
este centro de formación profesional se concentran tres ramas: producción
textil, electricidad y producción alimenticia. Además, el año pasado desarrollaron una iniciativa pionera
relacionada con la producción apícola.
“Generamos en la regional Sur el
primer curso de asistente apicultor y operario apícola, que continuaremos este
año”. El curso se dicta en el paraje La Capilla, en zona rural de Varela, y fue
pensado justamente por las particularidades que presenta la formación en
condiciones laborales que generalmente no facilitan la capacitación de los
trabajadores. Esta iniciativa también se enmarca en la política de estímulo a
la creación de pequeñas empresas autogestionadas y, en este caso, proponiendo
superar las desventajas que la apicultura presenta en las fases de extracción,
envasado y comercialización de la producción a partir de la asociación cooperativa.
“Hay una serie de normas y controles que tienen que ver con la higiene y la
salubridad. Lo que pretendemos conla cooperativización de esos
productores/trabajadores, es hacer menos dificultosos esos procesos”.
La idea de la autogestión requiere
para Concetti la intervención del Estado como gran articulador de voluntades.
Si bien rescata el aporte de los
programas sociales, señala que esos trabajadores deberían tener en algún
momento la oportunidad de producir de manera autogestionada e ir independizándose
de los programas o insertarse en empleos registrados en el marco de lo que
llama relanzamiento de la etapa industrial. “No creemos en la política del
subsidio permanente; entendemos que el Estado nos permite entrar en diálogo con
otros sectores que si el Estado no mediara no habría posibilidad de sentarnos
en la misma mesa y pensar en términos de proyección del desarrollo local.
Nuestra propuesta se orienta a la cooperativización de los
trabajadores-estudiantes, esto significa formarse no para que el saber se
convierta en algo absolutamentepersonal, si no colectivizar ese aprendizaje en
términos de proyecto productivo”.
Sobre el final de la charla, Ignacio Concetti
repasó las cuestiones pendientes en el distrito, remarcando la necesidad de
promover iniciativas articuladas por los diferentes actores —organismos del
estado, organizaciones sindicales, organizaciones sociales— para atender a los
trabajadores que se ocupan ocasionalmente. Al mismo tiempo, expresó que ámbitos
como el del Consejo Provincial de Educación y Trabajo (COPRET), en la medida
que sesionen, podrían materializar
iniciativas posibles.
En relación a la posibilidad de
trabajar junto al sector empresario, Concetti habló del diálogo abierto con la Confederación
General Empresaria de la República Argentina. (CGERA) en el distrito, para
plantearse proyectos conjuntos en 2015. “La palabra empresario no es una mala
palabra. Nosotros tampoco queremos generar microemprendimientos para pobres,
nosotros queremos que los trabajadores se jerarquicen, no solo en términos de
su formación sino también en términos de su ingreso. Los argentinos tenemos
que poder vivir todos”.